


a exposición fue lugar de una veradera escenografia dramática.
n un espacio totalmente anegrado, cortado por unos cientos focos a recortes, sobresalen las fotografias de la noche, dandolas una intensida fuera del comun.
l visitante, de la una a la otra, se mueve como se moveria al interior de la obra misma, los paneles multiplicando las facetas de vision sobre la escultura.

a potencia emotiva de las fotografias exaltadas y "dramatizadas", y el camino adentro la obra que parece contenir la integralidad de los sentimientos humanos, dan a vivir una "presencia" que esta frase depositada en el libro de oro no pudo traducir mejor : "Parece que la jovencita sigue viviendo, cuatro siglos despues... ".
|